jueves, 30 de julio de 2015

Es cometendo errores que se aprende...

Yo hago dietas desde mis 12 años. No, no era gorda. Mi madre tenía una imagen corporal muy errónea y acabó pasándola a mi, que me veía gorda aunque pesara 42 quilos.

He intentado todo tipo de dietas, hasta que conocí a una coach (si, me salvó la vida) y ella me abrió los ojos y me enseñó que mi vida era mucho más que los dígitos de la báscula. 

Gracias a mi coach he dejado la postura de víctima y también dejé de esconderme detrás de mi peso. Usaba a mi peso como excusa para todo. No tenía vida social y tampoco iba detrás de mis sueños, lo más grande de ellos, abrir un restaurante y poder hacer a los demás lo que hizo mi abuela durante toda su vida: darles comida con mucho amor.

Entonces empecé a mirar más allá, a relacionarme con las personas, a estudiar y buscar locales para montar mi restaurante, hasta que por fin encontré el sitio perfecto, por un precio muy bueno y mañana (más bien hoy) firmo los papeles del traspaso y hago de mi sueño realidad.

No podría estar más feliz! He logrado, a los 32 años, viviendo lejos de mi familia (no soy de España), luchando con todas las pegas que tienen los inmigrantes, pero con mi valentía, inteligencia y mis ganas, conseguí llegar más lejos de lo que en mi mejor sueño pudiera imaginar.


Después de los 3 meses detrás de papeleo, búsquedas, etc, he podido calmar un poco mi vida y decidí retomar con el "entrenamiento", porque soy contra las dietas, y abrí ese blog para contar un poco más del método que me recuperó como persona. Si, PERSONA. Antes de mi grasa corporal y mis kilos demás, soy PERSONA.

Quería hacer llegar a tantas chicas luchadoras, en esa incansable batalla que es la pérdida de peso, como se me hizo fácil notar que los errores no estaban en los azucares o grasas o salsas especiales. El más grande error estaba en pensar que mi peso era lo único que me importaba en toda mi vida, y hacer con que fuera el único protagonista de mi jornada por ese mundo.

Hoy me pongo en primero lugar.

Si, no hice dieta hoy, ni siquiera lo había pensado. No tuve tiempo de pasar por el super, no tengo frutas en casa, ni verduras, ni nada, estaba muy ocupada con la apertura de mi negocio y se me ha escapado. Lo que no voy hacer es entrar en depresión porque me bebí una coca cola con patatas fritas y un desayuno basura. Tampoco dejaré de sonreír por eso y menos aún dejaré de permitirme ser feliz con todo lo bueno que he logrado en mi vida solo porque cuando me subo en mi báscula me doy cuenta de que estoy con unos cuantos kilos demás.

No son 20, ni 30. Soy 44,700kg. Sé todo lo que tengo que saber sobre dietas, indice glicemico, calorias, ejercicio fisico, deporte y demás. No he llegado aqui sin más, ya son muchos años en esa lucha.

Si fuera la Isabel de 2 años atrás, yo directamente borraría mi blog, me haría un bizcocho de chocolate con leche condensada y me sentaría delante de la tele con una botella de coca cola para acompañar, hasta que se me pasara el enfado.

Por suerte ya no soy esa Isabel.
Soy feliz.
Estoy gorda.
Y aprendí la diferencia entre SER y ESTAR.

Quiero bajar de peso, no por tener una vida más saludable, acabo de hacerme las pruebas y estoy más sana que una manzana, y si porque me lo merezco. Y estoy segurísima de que lo conseguiré, al final, yo consigo TODO lo que me propongo.

Puede que tarde unos meses más o menos que vosotras, pero mi prisa ahora mismo es en disfrutar de la vida.


Sed felices! 
Un beso,
Isabel

2 comentarios:

  1. Y amén.
    No hay más que decir, ¡si es que hay que ser feliz, coñe! Enhorabuena por lo de tu restaurante, qué emocionante. Entiendo lo de las pegas que dices, a los inmigrantes se nos suele hacer todo un poco más cuesta arriba, y por eso tiene aún más mérito.
    Aún estás a tiempo de bajar de peso, no es algo irreversible, y si tú estás convencida de que lo vas a conseguir, no te hace falta más nada.
    Y aunque no haga falta, te digo que mucho ánimo y suerte. :)
    Un abrazo.

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